EL COCIDITO MADRILEÑO



Es el plato madrileño por excelencia. Hasta los monarcas más exigentes han sucumbido a los encantos de tan sabroso manjar. Y es que poca gente se resiste a un suculento cocido, regado con un buen vino y un pan recién hecho. Veamos el origen de tan popular guiso. El cocido madrileño tiene su origen en la olla podrida. Este guiso al que ya se refería Cervantes en el Quijote («… aquel platonazo que está más adelante vahando me parece que es olla podrida, que por la diversidad de cosas que en tales ollas podridas hay, no podré dejar de topar con alguna que me sea de gusto y provecho…»), proviene de la época medieval, refiriéndose el término podrida o poderida a lo sustanciosa, contundente y alimenticia de sus poderosos ingredientes: la alubia roja y las carnes.
La olla podrida proviene a su vez de la adafina (de dafana: tapar), que era una judía que se preparaba los viernes para comer posteriormente el sábado, y respetar así el sabbat. Obviamente esta originaria receta Judía no contenía cerdo, siendo añadido el cerdo por cristianos y judios conversos.
Es un guiso apreciado y valorado por todas las clases sociales, aunque en algunos casos abunda más la carne que en otros. Carlos I y su hijo Felipe II eran grandes aficionados al puchero y en la época de Felipe III era un plato muy frecuente en la corte. Los Borbones gustaron también de tan nutritivo manjar, teniéndolo Fernando VI todo el año salvo los meses de verano. La infanta Isabel “La Chata” (hermana de Alfonso XII), era asidua al Restaurante “La Bola”.
Tan hondo ha calado este guiso en nuestra cultura, que hay variadas frases y refranes que muestran su sabiduría reflejándose en sus ingredientes. Veamos algunas:
· Garbanzo Negro: Algo raro, extraño. Diferente al resto, principalmente por su maldad.Garbancero: Persona tosca, bruta, soez.
· Saltar como garbanzo en olla: El lugar a destiempo que ocupa un objeto pequeño colocado en medio de otro que es mucho mayor.
· Meter el garbanzo: Equivocarse.
· Este garbanzo faltaba en la olla: Manifiesta el placer que causa la llegada de una persona a quien se echaba de menos y que viene a completar la reunión.
· Meter a uno el garbanzo en el cuerpo: Acobardar, amedrentar, atemorizar a alguien.
· Tropezar uno en un garbanzo: Encontrar dificultades, enfadarse por poca cosa.
· Echar garbanzos a uno: Incitarle a que diga lo que de otra forma callaría.
· Un garbanzo más no revienta la olla: Donde hay mucho, no importa un corto aumento (donde comen dos comen tres).
Hay diversos modos de cocinarlo, así como de servirlo, según sus ingredientes y la zona donde se haga. Existen varios tipos: maragato, de Lalín, pobre, escudella, montañés, gallego, gitano, colorao,… La versión madrileña se basa en un primer plato de sopa con fideos (también es frecuente la sopa de pan), un plato de garbanzos cocidos con verduras rehogadas (zanahoria, repollo, patata, nabo, y por último plato se presenta la fuente con la carne cocida y troceada (morcillo, tocino, chorizo, morcilla, jamón,…).
En época de carestía (y hoy en día también) las sobras del guiso dan para preparar al día siguiente nuevas sopas, ropa vieja, pringá de carne o los deliciosos garbanzos refritos.
Para finalizar, añadir que en Madrid es típica su presencia en los menús de los martes, aunque hay restaurantes especializados que lo sirven a diario. Las casas de comidas de visita obligada para disfrutar de este manjar y al tiempo vivir una experiencia inolvidable en el Madrid antiguo son:
· La Bola (Bola, 5): Tfno. 91 547 69 30
· Casa Ciriaco (Mayor, 84): Tfno. 91 548 06 20
· Casa Lucio (Cava Baja, 35): Tfno. 91 365 32 52
· Casa Botín (Cuchilleros, 17): Tfno. 91 366 42 17

PASEO POR EL MADRID DE LOS AUSTRIAS

Itinerario por el Madrid Medieval (Jueves 19 de Noviembre de 2.009).
Este paseo lo hicimos mis compañeras de gimnasia y yo, resultó interesante y atractivo además debido al dia que hizo, el paseo fué de lo mas relajante. Encontramos casi todas las iglesias abiertas, y las visitamos detenidamente y sin agobios, porque era día de diario.
Después tomamos un tentenpié clásico madrileño, y a continuación modernidades culinarias en el recién abierto Mercado de San Miguel.
QUEDO EMPLAZADO PARA UNA PRÓXIMA VEZ, PARA LOS QUE NO PUDIERON VENIR, LO HAGAN CUANDO PROGRAMEMOS OTRO ITINERARIO.

































SALUDOS PARA TOD@S MIS COMPAÑER@S.

MADRID : PUERTO MARÍTIMO

¿ MADRID CON PUERTO DE MAR .....??????
Pues aunque parezca mentira, la capital del reino sobre el año 1640 y reinando Felipe IV, pudo haber tenido mar, con lo cual aseguraríamos que a nuestro querido Madrid, no le faltaría de nada.
El río de Madrid, el Manzanares, aun siendo pequeño, recorre más de 60 kilómetros y alrededor del mismo surgieron los primeros asentamientos prehistóricos de Madrid. Excavaciones arqueológicas recientes han descubierto ricos yacimientos paleolíticos y neolíticos que nos aportan pistas sobre aquellas gentes, sobre su cultura y sobre los animales – elefantes, ciervos y hasta rinocerontes - que en tiempos remotos moraban esta zona.
El Manzanares ha sido el tema de muchos de los cuadros de Goya, como "Baile a la orilla del Manzanares" y "La Pradera de San Isidro", ambos en el Museo del Prado. A lo largo de los siglos, el río ha servido como lavandería comunitaria de los madrileños donde miles de lavanderas acudían diariamente a lavar y secar al sol las prendas. Durante la Guerra Civil, el río marcó la línea divisoria entre los defensores republicanos de la ciudad y los nacionales, que asediaron la urbe durante la mayor parte del conflicto.
El río Manzanares, a pesar de ser menospreciado por todos, ha jugado un papel primordial en un proyecto de convertir a Madrid en puerto marítimo. ¿En puerto marítimo? Si, habéis leído bien, en puerto marítimo. Originariamente, Madrid fue escogida como capital de la nación precisamente a causa de su ubicación en el centro geográfico de la península ibérica, en un punto más o menos distante de los diferentes puertos del país. Naturalmente, el problema siempre fue como transportar mercancías desde puntos tan distantes hasta la capital que esencialmente tenía que importar todo lo que consumía desde alimentos hasta productos manufacturados, lo que suponía que la vida en Madrid fuera tan cara como en Londres o París.
Esta es la razón por la que durante siglos se anheló conectar de alguna manera la ciudad con el mar. Además dicho anhelo no fue tan solo un vano deseo, pues, sorprendentemente, en muchas ocasiones se iniciaron las obras para convertir Madrid en un puerto marítimo. El proyecto databa del Siglo XVII, cuando España poseía un inmenso, rico y poderoso imperio que se extendía por medio planeta. En el Nuevo Mundo, sus dominios abarcaban desde Florida y California hasta el Cono Sur latinoamericano. Los galeones españoles surcaban los océanos, transportando oro, plata especies de las colonias del Caribe y desde allí a España.
Pero un problema acuciante se repetía una y otra vez: los barcos solo podían navegar hasta los puertos principales del país, como Cádiz, Sevilla, Sanlúcar y Lisboa, ciudad esta última que en aquel entonces estaba bajo control español. Desde allí, las mercancías debían ser transportadas por tierra hasta Madrid y otras ciudades interiores, lo que suponía un esfuerzo complicado y costoso. Aún en 1775, una diligencia necesitaba dos semanas para viajar de Cádiz a Madrid, circulando por carreteras en estado deplorable y enfrentándose a los peligros e inconvenientes que cualquier viaje comportaba en aquellos días.
Para solucionar este importante problema, un emprendedor italiano contratado por Felipe II, de nombre Juan Bautista Antonelli, concibió un osado y extraño plan: abrir una ruta navegable tierra adentro que uniera el Atlántico con el centro de Madrid. Antonelli, un ingeniero y arquitecto que había construido fortificaciones en Cartagena, Orán y Gibraltar, así como El Morro de Puerto Rico, presentó su revolucionario plan al Rey, el cual requería ensanchar el río Tajo, que desemboca en Lisboa, para hacerlo navegable hasta Madrid.
Las aguas del Tajo fluyen en el Jarama que a su vez conecta con el Manzanares conocido entonces como río Guadarrama. Por tanto, mediante una serie de complicados diques, compuertas y demás construcciones situadas en las riberas de los mencionados ríos y con el ensanchamiento de los puentes existentes, los barcos procedentes de las Indias podrían navegar desde Lisboa a Toledo, ciudad a tan solo unos 70 kilómetros de la capital, y desde ahí navegando por el Manzanares, llegar hasta el mismo centro de la Villa de Madrid.
Antonelli aseguró al Rey que la tecnología de aquel tiempo podía acometer semejante proeza y que el éxito del plan sólo era cuestión de dinero, del cual ciertamente no había escasez en esos años. ¿Os suena a locura?. Bueno, el Rey no pensaba del mismo modo a que ya que autorizó a Antonelli para que empezara las obras del proyecto sin más demora.
El ingeniero italiano esbozó los planos para la titánica tarea y comenzó a hacer prospecciones de los ríos a bordo de pequeños botes. Aprovechando un momento en el que las aguas del Manzanares habían elevado su caudal, el italiano consiguió navegar en una canoa con remos prácticamente desde Lisboa hasta Madrid.
Se emprendieron los trabajos de construcción iniciales entre las ciudades de Abrantes y Alcántara, con excelentes resultados. Pero aquel grandioso proyecto estaba condenado al fracaso por razones poco relacionadas con problemas técnicos o de ingeniería, ya que entretanto Felipe había puesto el punto de mira en la conquista de Inglaterra y la primera prioridad de la corte era construir y equipar la famosa Armada Invencible, la mayor y mas impresionante flota de barcos de guerra que jamás se construyera en España. El 29 de mayo de 1588, la flota, con un total de130 naves y 30.000 hombres a bordo, zarpó de Lisboa, atracando en La Coruña, con el objeto de invadir Inglaterra. En julio, cerca de la costa de Plymouth, se enfrentó con la flota británica, comandada por Charles Howard. Tras algunos enconados combates en Calais, la Armada se dispersó y tras sucumbir a feroces tormentas tuvo que atracar en Irlanda. Los barcos supervivientes pusieron proa de vuelta a España. Prácticamente la mitad de la flota española se perdió en aquella aventura y tan sólo unos 10.000 hombres de los que iban a bordo pudieron regresar con vida. Fue el mayor desastre naval que sufrió España en toda su historia.
Antonelli murió poco después aquella derrota pero dejó a su primo todos los detalles de su plan junto con las soluciones a los problemas de navegación del Tajo. El nuevo titular del proyecto concertó una entrevista con el Rey, en la que expuso con entusiasmo los planos y cálculos realizados ante el monarca. Pero llegó demasiado tarde; pues Felipe había perdido todo interés en aquel proyecto.
¿De que serviría construir una vía fluvial cuando apenas quedaban barcos y las arcas del país habían quedado arruinadas con el desastre sufrido por la Armada?. La catástrofe naval había sumergido a toda la corte en una desesperante melancolía y el proyecto de unir los océanos con Madrid quedó prácticamente abandonado.
El alicaído primo de Antonelli renunció al proyecto, al darse cuenta de que su plan no era sino una inalcanzable quimera. Pero aunque archivado durante décadas, el proyecto nunca cayó totalmente en el olvido. En 1641, un matemático, Luis Carduchi, escribió un detallado libro que contenía extensas ilustraciones a todo color, en las que de nuevo se analizaban las posibilidades y la viabilidad de navegar por el Tajo hasta Madrid, y que presentó al Rey Felipe IV. Pero el proyecto tampoco cuajó en esta ocasión.
Posteriormente, en 1770, el Rey Carlos III ordenó que se construyera un canal navegable desde el Puente de Toledo hasta el río Jarama, que a partir de entonces conectaría con el Henares o con el Tajo. En realidad, los trabajos llegaron a completar un tramo de dos leguas del canal (unos diez kilómetros) que fue conocido como el Canal del Manzanares.
En 1770, durante el reinado de Fernando VII, se reanudaron los trabajos en el canal, extendiéndolo otros cuatro kilómetros hasta la ciudad de Vaciamadrid, donde se conectaba con el río Manzanares en un punto situado a unos tres kilómetros antes de desembocar en el Jarama. Para tal propósito, se construyeron seis esclusas y cuatro molinos de agua así como varios botes de transporte. Además se añadieron algunos edificios destinados a oficinas y un cobertizo para botes, e incluso una pequeña capilla cerca del Puente de Toledo.
La entrada del canal se protegió con una gran puerta de metal y se plantaron árboles a lo largo de las dos riberas, pero los trabajos nunca se completaron. En 1829, el proyecto fue revisado en profundidad por el ingeniero hidráulico Francisco Xavier Cabanes y en 1834 por Manuel Bermúdez de Castro, por citar solo algunos de los intentos mas destacados por reflotar el viejo plan de un canal navegable.
El sueño de conectar Madrid con el mar nunca se hizo realidad. Tan solo se ha pedido navegar con botes por algunos pequeños tramos de los ríos Tajo, Jarama y Manzanares, pero esto apenas ha procurado alguna ventaja comercial práctica. Además, a medida que las carreteras españolas fueron mejorando, y especialmente con la inauguración del servicio de ferrocarriles en 1851, la necesidad de tal vía fluvial era mas que discutible.
Si te encuentras por casualidad en el lado oeste de Madrid, detrás del Palacio Real o en la carretera que pasa por la Puerta de Toledo, te aconsejamos que cruces por alguno de los puentes sobre el rio Manzanares como el bello Puente de Toledo (cerrado al trafico de vehículos), o, mejor aún, puedes coger el Teleférico desde el Paseo del Pintor Rosales y cruzar el río hasta el parque de la Casa de Campo. Pero tanto si cruzas el Manzanares a pie como si lo haces por los aires, podrás imaginar que aspecto habría tenido el río en siglos pasados con galeones españoles atracando en sus riberas y descargando riquezas y tesoros traídos desde el Nuevo Mundo.

PROVERBIOS CHINOS

Cuando un hombre está loco por una mujer ella es la única que le puede curar la locura.
Ser hombre es fácil, ser un hombre es difícil.
El que hace una pregunta parece tonto por cinco minutos, el que no la hace es tonto toda su vida.
No temas ser lento, solamente teme estar parado.
La puerta mejor cerrada es aquella que podemos dejar abierta.
Para ser inteligente toda la vida es necesario ser estúpido un instante.
El que hace el burro no debe extrañarse que los demás se les monten encima.
No des un paso adelante pero nunca te quedes atrás.
Por más aguda que sea la vista jamás podremos vernos la espalda.
Más valen las críticas de uno solo que las aprobaciones de miles.
El agua vertida es difícil de recuperar.
No es necesario elevar la voz cuando se tiene la razón.
Es más sencillo desplazar un río que cambiarle su carácter.
Si no quieres que se sepa, lo mejor es que no lo hagas.
Un método fijo no es un método.
El amigo es un camino, el enemigo es un muro.

Itinerario del Barroco Madrileño

IGLESIAS BARROCAS DE MADRID

Iglesia y convento de Nuestra Señora de Monserrat.

Parroquia San Justo y Pastor


Museo de la Historia(Antes Municipal)

Convento de las Recogidas (Sede UGT)

Convento de las Góngoras

Convento de Don Juan de Alarcón

Parroquia de San Martín

Parroquia de San Ildefonso


San Antonio de los Alemanes
San Antonio de los Alemanes(Interior)

Convento de San Plácido

No tenemos edad, tenemos VIDA.

RECOMENDACIONES DE ESTE JUBILADO, PERO NO VIEJO:
(De vez en cuando, hay que hacer proclamas a nuestra profesión).

  1. Personalmente, ¡Yo no tengo edad, tengo VIDA!.
  2. Algunos de nosotros envejecemos, de hecho, porque no maduramos.
  3. Envejecemos cuando nos cerramos a las nuevas ideas y nos volvemos radicales.
  4. Envejecemos cuando lo nuevo nos asusta.
  5. Envejecemos también cuando pensamos demasiado en nosotros mismos y nos olvidamos de los demás.
  6. Envejecemos si dejamos de luchar.
  7. Envejecer con sabiduría no es envejecer.
  8. Todos estamos matriculados en la escuela de la vida, donde el Maestro es el Tiempo.
  9. La vida solo puede ser comprendida mirando hacia atrás. Pero solo puede ser vivida mirando hacia adelante.
  10. En la juventud aprendemos; con la edad comprendemos…
  11. Los hombres son como los vinos: la edad estropea los malos, pero mejora los buenos.
  12. Envejecer no es preocupante: ser visto como un viejo si que lo es.
  13. En los ojos del joven arde la llama, en los del viejo brilla la luz.
  14. Siendo así, no existe edad, somos nosotros que la creamos. Si no crees en la edad, no envejecerás hasta el día de tu muerte.
  15. No dejes que la tristeza del pasado y el miedo del futuro te estropeen la alegría del presente.
  16. La vida no es corta; son las personas las que permanecen muertas demasiado tiempo.
  17. Haz del pasaje del tiempo una conquista y no una pérdida.