Visita al Palacio de Liria.

El 25 de Marzo de 2.011, después de algún tiempo, nos hemos vuelto a juntar los compañeros ferroviarios jubilados (Lázaro, Acerete, Tino, Tito, Madrazo, Paco y yo), y hemos visitado el Palacio de Liria en la calle Princesa de Madrid, que es la residencia madrileña de la duquesa de Alba. - El palacio fue destruido durante la Guerra Civil, aunque por suerte, los cuadros, muebles…etc., estaban a buen recaudo, porque según nos han contado, el duque, había sacado las pinturas y las obras artísticas de mayor valor, y las había guardado en el Banco de España, y en la Embajada inglesa), el caso es que, se salvaron del incendio, lo mismo que la valiosísima documentación que se guardaba en cajas metálicas que se pudieron recuperar, (no así la colección de grabados que desapareció, entre el fuego y el pillaje). - Es el domicilio particular más grande de Madrid y está rodeado de un precioso parque.-Construido con proyecto y planos de Ventura Rodríguez (1770), es una espléndida muestra del neoclasicismo español de la primera época. Recuerda muchísimo al Palacio Real, y por ello le han llamado “el hermano menor del Palacio Real “el edificio civil más importante de su época que existe en el centro de Madrid. La visita ha resultado muy entretenida y agradable. Empezamos por el recibidor, que está pavimentado con mármoles y teselas, y con la fecha de 1953 que alude al fallecimiento del duque de Alba, y no a la conclusión de las obras, que fue tres años después.- La joven duquesa, se encargó de la reconstrucción, pues cuando murió su padre, apenas se había hecho la cimentación, y ella siempre dice que se lo había prometido.-El uso del entelado y del mobiliario ayudaron a recrear la ambientación antigua, respetando los tamaños de las estancias, pero decorándolo y amueblándolo de manera más alegre-









De paso a esta visita acertamos a pasar por la Real Academia de Medicina (Tenía yo ganas…), estaba abierta al público porque había una pequeña exposición de fotografías y utensilios medicinales de época, el caso es que mereció la pena visitar tal edificio, además hubo explicación por parte de un bedel que el hombre como estaba aburrido, se entretuvo en explicarnos alguna que otra cosa.








Una vez terminada la visita al Palacio, había que reponerse, y claro tendríamos que hacerlo con lo relativo al foro madrileño, o sea, no hubo mas remedio que comerse ...UN COCIDO, y como no, en un sitio tan emblemático como es la taberna "LA BOLA".





















Por último y para rematar, paramos en la pastelería “El Riojano”, donde tomamos café y alguna que otra torrija. Este establecimiento fue fundado en 1855 por Dámaso de la Maza, un pastelero afincado en Madrid que trabajaba para la Casa Real. Desde entonces, han sido varios los propietarios del negocio, pero no ha variado ni la estética del local ni sus tradicionales pasteles artesanos. El local presenta la típica fachada de los comercios del siglo XIX, un tanto restaurada después de la Guerra Civil, y donde se combinan la madera, el mármol, los escaparates de cristal y el elegante rótulo que da nombre al local. En el interior se mantiene gran parte de la decoración original, formada por molduras labradas en madera, viguetas de hierro fundido, elegantes estanterías y dos mostradores de bella factura realizados en madera y mármol de Carrara. De entre todos sus productos son muy conocidas unas pastas en forma de C y sabor a limón que fueron llamadas de los consejos porque se elaboraban para servirlas cuando se celebraba el Consejo de Estado. Quedamos emplazados para la próxima, que esperamos que no sea muy tarde.


SALUDOS PARA TODOS.